Plenilunio

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Plenilunio
miniatura da obra
Curso
2º de bacharelato
Carácter
obrigatorio
Materia
Lingua castelá e literatura II
Departamento
Lingua castelá e literatura
Temporalización

Plenilunio es una novela de Antonio Muñoz Molina, publicada en 1997.

Introducción

Se trata de una obra que sirve como ejemplo del tipo de novelas que empezaron a escribirse en España tras la revolución que constituyó en 1975 la publicación de la novela La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza. Tras la novela experimental, preocupada sobre todo por la técnica y, por tanto, alejada del público, de la década anterior, Mendoza publicó una novela que conseguía combinar una cierta forma de narrar innovadora, no tradicional, con una historia atractiva para el lector.

Siguiendo esa línea, Muñoz Molina presenta con Plenilunio una novela que trata temas muy de actualidad, de forma que el lector puede sentir cierta proximidad con lo narrado (terrorismo, abusos sexuales a menores, violencia, los medios de comunicación y su atención a lo anterior, etc.). Además, la obra presenta características propias del subgénero narrativo de la novela policíaca, otra forma de conectar con un público amplio, aunque a la larga la novela plantee una serie de reflexiones sobre la existencia humana en general.

Argumento

El núcleo argumental de la novela es el asesinato de una niña tras ser agredida sexualmente, hecho que tiene lugar en una pequeña ciudad española de provincias. Alrededor de este crimen, la historia se desarrolla prestando especial atención a dos personajes: el inspector de policía encargado de resolver el caso y el asesino.

El inspector es un policía recién trasladado desde el País Vasco, donde se había significado en la lucha contra ETA. La ciudad a la que llega es donde había estudiado de pequeño en un internado religioso; así, una de las primeras cosas que hace cuando se encarga del caso de la niña, es ir al colegio y hablar con uno de los viejos curas que le habían dado clase, a quien le pide consejo y con el que más adelante termina confesándose. El inspector está casado, pero, al poco de llegar, su mujer, que había llevado muy mal la presión del ambiente en el País Vasco, es ingresada en un sanatorio por un problema nervioso. El inspector se enamora luego de una de las testigos del caso, Susana Grey, maestra de la niña asesinada, con quien mantedrá una relación hasta más o menos cuando se consigue detener al criminal, algo que coincide con la salida de su mujer del sanatorio tras recuperarse. Justo el día que se despide de Susana, que va a marcharse a Madrid, un miembro de ETA que lo había estado siguiendo en su nuevo destino, lo tirotea en la calle.

En cuanto al asesino, es un joven pescadero que vive con sus padres ya ancianos a los que odia. Sufre de impotencia sexual y está enfemizamente obsesionado con el sexo. Tras seguir a la primera niña hasta el ascensor del edificio en que vive, la lleva, amenazándola con una navaja, hasta el terraplén de una zona boscosa, la agrede sexualmente y, finalmente, la asesina ahogándola. Poco tiempo después, repite lo mismo con otra niña, pero sin que él se dé cuenta, ella no muere. El inspector da orden de que este segundo caso no se haga público. Ante la falta de publicidad de su acción, el asesino, coincidiendo con una noche de luna llena, regresa al lugar del crimen y allí es detenido. Ya en la cárcel, pide un día entrevistarse con el inspector, e intenta darle la imagen de que sus actos fueron de raíz demoníaca, la luna como influencia principal, y que ahora se ha convertido en alguien profundamente religioso que espera ser ayudado por Dios para salvarse.

Técnicas narrativas

Narrador

La historia está contada por un narrador omnisciente. Sin embargo, gracias a eso, la mayor parte del contenido es, en realidad, un reflejo del pensamiento y palabras de los personajes, por lo que la narración casi siempre depende del punto de vista de alguno de estos. En este sentido, se trata de un narrador bastante neutro, que no interviene más que para lo estrictamente necesario.

Orden de la historia

La principal característica en cuanto a la forma de contar la historia es el desorden cronológico y las frecuentes pausas en la narración. Esto quiere decir que, por un lado, son frecuentes las rupturas en el desarrollo cronológico de la historia (a través de analepsis o retrospecciones e, incluso, de casos de simultaneidad temporal) y, por otro, que no se trata de una novela de acción, sino de una novela donde la descripción de personajes y las reflexiones de los mismos ocupan un lugar considerable en toda la novela.

Temas principales

El tema principal es el de la dificultad de conocer el interior de las personas. La novela lo ejemplifica con la imposibilidad de distinguir al criminal por su simple aspecto externo, ni tan siquiera por su mirada. Así, se plantea el problema de lo impredecible de los actos delictivos, dado que parece ser que toda persona contiene una zona secreta en su interior, inaccesible a los demás, donde a veces anida el mal.

Otros temas son el desinterés tan frecuente, en nuestras ciudades, por la vida del prójimo; la violencia del mundo contemporáneo; el amor (el amor en el matrimonio frente al amor de las relaciones pasionales); el impacto y la presencia de los medios de comunicación ante determinados acontecimientos; etc.

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